Entre los clientes de British Armour, un fabricante global de vehículos blindados, se encuentran, además de las Naciones Unidas, presidentes y agencias de policía. La empresa fabrica vehículos con los materiales y la tecnología más avanzados disponibles, junto con los estándares balísticos más estrictos.
«La seguridad personal es una prioridad actualmente», afirma el CEO Finn Wattenberg, y, de hecho, la cifra de negocios de la empresa crece un 20 % anual.
El desafío
Cuando Wattenberg fundó British Armour en 2003, necesitaba encontrar una chapa de protección capaz de cumplir criterios muy exigentes. Este noruego trabajó en el sector de defensa, allí es donde conoció por primera vez a SSAB.
La solución
La empresa eligió Armox ya que ofrece una protección balística excelente y puede soportar diferentes tipos de ataques. British Armour compra todoterrenos, los desmonta y los blinda con Armox.
Para simplificar la producción, SSAB entrega el material en piezas grandes y planas. De este modo, se minimiza el trabajo de soldadura y en el desgaste en las cuchillas de láser usadas para cortar el acero.
Como parte del proceso de certificación, cada modelo se prueba con 600 balas, 15 kg de TNT y varias granadas. Además de la chapa de blindaje, los vehículos también cuentan con equipo personalizado según los deseos de cada cliente. El sistema de sobrepresión de la cabina del vehículo proporciona protección contra ataques de gas, y se incluyen contenedores con gas lacrimógeno, aceite y clavos para usar contra los posibles perseguidores.
Beneficios para el cliente
«Nuestros vehículos se construyen para soportar el ataque de armas de fuego y de atentados con bombas», explica Wattenberg. «El acero es sin duda el mejor material para nuestro objetivo, y Armox es como el Rolls Royce de las chapas de blindaje de acero. Esto es bien conocido en el sector, lo que nos da una ventaja sobre nuestros competidores».